Puntos clave
- El artículo del NYT acierta en algunos puntos: la confusión en torno al NAD en el mercado, la necesidad de más ensayos clínicos a gran escala en humanos y la falta de evidencia que respalde las infusiones intravenosa
- El artículo también omite un contexto crucial, incluyendo el hecho de que ya existen docenas de estudios en humanos que demuestran aumentos mensurables de NAD y beneficios relacionados para la salud.
- El artículo no distingue entre la terapia intravenosa y los precursores orales. Son enfoques muy diferentes y sólo el segundo cuenta con un respaldo científico significativo.
- El artículo se basa en gran medida en voces cautelosas sin mostrar otro lado. Pioneros como el Dr. David Sinclair y el Dr. Andrew Salzman, quienes han publicado extensamente sobre la biología del NAD, estuvieron notablemente ausentes.
- La importancia del NAD no está en duda. El enfoque debería estar en cómo apoyarlo de la mejor manera, de forma segura y eficaz a lo largo del tiempo.
Nos encanta leer opiniones controvertidas sobre el creciente tema de la longevidad, especialmente cuando se relaciona con el NAD. Y cuando una publicación tan prestigiosa como The New York Times aborda el tema, el mundo entero presta atención. El interés público en el NAD y sus precursores, como el NMN y el NR, se ha disparado, y los periodistas están en una posición privilegiada para ayudar a los lectores a comprender este campo en constante evolución. Pero, leímos el artículo del Times titulado ”Quienes buscan la longevidad toman suplementos NAD+. ¿Funcionan?” (advertencia: contenido de pago) y, honestamente, nos causó preocupación. Si bien el artículo plantea algunas inquietudes legítimas, omite mucha información crucial que ofrece una visión mucho más precisa del estado actual de la ciencia. Por lo tanto, en aras de un debate científico informado, analizamos los aciertos del artículo, sus omisiones y cómo los lectores pueden comprender mejor la situación real de la investigación sobre el NAD+.
Los aciertos del New York Times
El artículo del Times contiene algunos puntos válidos que coinciden con lo que muchos investigadores y marcas responsables ya reconocen. Reconozcamos sus aciertos antes de analizar todos los errores que comete.
Señala una confusión legítima en el sector
El artículo destaca que el panorama del NAD puede ser bastante confuso. Entre los spas que promocionan infusiones intravenosas de NAD prometiendo un «rejuvenecimiento instantáneo» y la infinidad de marcas de suplementos, es fácil preguntarse qué es real y qué es sólo marketing. Peor aún, existen muchísimas variables entre marcas, incluyendo la dosis, la calidad e incluso la terminología: hemos visto que se usan «NAD», «NAD+», «NMN» y «NR» con mucha ligereza e incluso indistintamente, cuando en realidad no deberían usarse así.
Para colmo, algunas empresas afirman elevar los niveles de NAD con ingredientes cuya eficacia no ha sido demostrada o que, simplemente, son menos efectivos. Algunas marcas venden NAD puro (que el cuerpo no absorbe con eficiencia), mientras que otras recurren a precursores más débiles como la niacina y prometen los mismos beneficios celulares.
Es natural que toda esta confusión genere escepticismo, y cualquier artículo que invite a los lectores a reflexionar sobre la evidencia revisada por pares y la transparencia en las fuentes merece nuestro respeto. Pero iremos un paso más allá: esa claridad también debería abarcar la forma en que se presentan los datos.
El artículo resalta la necesidad de pruebas en humanos
Hablamos mucho de esto, y no somos los únicos en el campo de la longevidad que lo hacemos. La investigación sobre NAD ha crecido enormemente en la última década, pero sigue siendo un campo en desarrollo. Los ensayos clínicos a gran escala y a largo plazo son absolutamente esenciales para establecer no sólo cambios en biomarcadores a corto plazo, sino también resultados significativos relacionados con el envejecimiento, la resiliencia y la prevención de enfermedades.
Por otro lado, es inexacto —¡y engañoso!— sugerir que no existen datos. El artículo del Times pasó por alto los 95 estudios en humanos sobre NAD y los 12 estudios en humanos sobre NMN ya publicados solo en PubMed. Estos incluyen múltiples ensayos controlados aleatorizados que demuestran aumentos significativos en los niveles de NAD en sangre, una mayor sensibilidad a la insulina y una mejor función mitocondrial, todo ello en humanos. Esto no significa que no necesitemos más investigación, pero sin duda ofrece una visión más equilibrada del estado actual de la ciencia.
El artículo cuestiona la terapia intravenosa con NAD (¡y está bien!)
Esta es quizás la parte más sólida del artículo. La terapia intravenosa con NAD se ha convertido en una tendencia de bienestar prácticamente de la noche a la mañana, a menudo con afirmaciones audaces que superan la evidencia. ¿El problema? Existen muy pocos estudios controlados sobre la administración intravenosa de NAD, y los protocolos de dosificación varían enormemente entre clínicas. Para una molécula tan metabólicamente activa como el NAD, el método de administración es crucial, y la evidencia científica sobre la terapia intravenosa aún es limitada.
Los precursores orales de NAD, como el NMN y el NR, han sido objeto de numerosos estudios. Se ha demostrado que elevan los niveles de NAD de forma segura y constante mediante vías metabólicas bien conocidas. Es importante que los consumidores —y los periodistas, si se nos permite la osadía— reconozcan que el potencial científico reside en estos precursores, no en las infusiones intravenosas no reguladas.
En Wonderfeel, nos centramos en lo que ha sido validado en entornos controlados: precursores de NAD biodisponibles, administrados por vía oral y respaldados por ensayos clínicos en humanos. Esta distinción es clave para diferenciar la verdadera ciencia de la longevidad del marketing del bienestar.
Donde el artículo se queda corto
El principal problema del artículo del Times no son las preguntas que plantea, sino la grave falta de contexto en las respuestas. En otras palabras, los puntos fuertes de esta historia también generan sus puntos débiles.
Ya existe un importante volumen de investigación en humanos
Ya mencionamos las decenas de ensayos clínicos en humanos sobre NAD y NMN disponibles en PubMed, lo cual difícilmente puede considerarse una falta de investigación. Estos incluyen ensayos aleatorizados controlados con placebo que demuestran aumentos medibles y reproducibles en los niveles de NAD+ en sangre y tejidos, junto con mejoras en la sensibilidad a la insulina, la función mitocondrial e incluso la salud vascular en adultos mayores. Al no reconocer este extenso conjunto de trabajos, el artículo deja a los lectores con una comprensión incompleta del progreso en este campo. Peor aún, sugiere que la ciencia del NAD es especulativa, cuando en realidad no lo es.
Confunde la terapia NAD IV con los precursores de NAD
Las infusiones intravenosas y los precursores orales de NAD no son intercambiables. La administración intravenosa carece de una validación rigurosa revisada por pares, mientras que el NMN y el NR por administración oral se han sometido a numerosos ensayos clínicos controlados en humanos con resultados consistentes. Los precursores orales se metabolizan de forma natural en el cuerpo y elevan los niveles de NAD a través de vías bien establecidas, sin la variabilidad (¡ni las agujas!) de la terapia intravenosa. Agruparlos sin distinción perjudica a los lectores, ya que difumina la línea entre la suplementación científicamente validada y los procedimientos clínicos no regulados. Pero es una distinción crucial, porque la ciencia avanza gracias al rigor, no a la publicidad engañosa.
Cita a los escépticos y pasa por alto en gran medida a los pioneros
El Times incluye una combinación de académicos sólidos y científicos respetados, como el Dr. Shin-ichiro Imai, el Dr. Eduardo Chini y el Dr. Joseph Baur, muchos de los cuales han planteado cuestiones importantes sobre la biología del NAD. Sus opiniones cautelosas son importantes, pero el enfoque del artículo se centra casi exclusivamente en las reservas y no en sus contribuciones.
¿Un ejemplo claro? Se cita al Dr. Imai para ilustrar la cautela científica sin reconocer la importancia de su investigación, que muestra beneficios claros y cuantificables del NAD tanto en estudios con animales como con humanos. Esta omisión desvía sutilmente la narrativa de la ciencia en progreso a la ciencia en duda.
Una versión más equilibrada del artículo habría incluido también a pioneros como el Dr. David Sinclair y el Dr. Andrew Salzman, cuyas décadas de investigación publicada sobre la biología del NAD proporcionan un contexto esencial para interpretar los hallazgos actuales. Tal como está redactado, el artículo subestima la profundidad científica del campo y exagera la incertidumbre.
Lo que la ciencia realmente demuestra
Esto es lo que sabemos actualmente sobre el NAD y sus precursores.
- Los niveles de NAD disminuyen naturalmente con la edad. Esto no es controvertido: décadas de investigación lo confirman. Esta disminución está relacionada con una menor energía celular, una reparación del ADN más lenta y una mayor vulnerabilidad a enfermedades metabólicas y neurodegenerativas.
- El aumento de los niveles de NAD es medible y reproducible. Numerosos estudios en humanos han demostrado que la suplementación con precursores de NAD como NMN y NR puede aumentar los niveles de NAD, mejorar la sensibilidad a la insulina en los músculos y favorecer la función mitocondrial.
- Los perfiles de seguridad son sólidos. En docenas de ensayos clínicos, los precursores orales de NAD han demostrado una excelente tolerabilidad, con pocos efectos secundarios leves notificados.
El NAD no es una molécula misteriosa; es uno de los componentes mejor caracterizados del metabolismo celular. La cuestión no es si es importante, sino cómo podemos protegerlo mejor a lo largo del tiempo.
Eso es lo que hace que el artículo del Times sea tan frustrante. En lugar de explorar esta cuestión más profunda —el “cómo”— se estanca debatiendo el “si”. ¡Pero, la ciencia ya ha respondido a esa parte! La conversación debería centrarse en traducir décadas de investigación celular y clínica en métodos responsables y accesibles para ayudar a las personas a vivir vidas más largas y saludables. Eso es precisamente lo que estamos haciendo aquí en Wonderfeel.
En resumen: Por qué importa el equilibrio
El artículo del Times plantea preguntas pertinentes. Sin embargo, escribimos esta respuesta porque creemos que los lectores merecen respuestas más completas, que reflejen tanto el rigor de los estudios en curso como los avances tangibles ya logrados. En Wonderfeel, nuestro objetivo no es generar expectativas, sino aclarar. Y es muy sencillo: cuando el debate sobre la longevidad se mantiene equilibrado, todos salimos ganando. When the conversation around longevity stays balanced, everyone benefits.