Empaques de recarga sustentables para atender una necesidad (seria).
Es imposible ignorar: volúmenes alarmantes de plástico nocivo ingresan a nuestro entorno todos los días, donde persistirán durante generaciones. Se mire como se mire, los residuos plásticos son un problema monumental para nuestro planeta. En Wonderfeel, defendemos la idea de que los plásticos no deben diseñarse para su eliminación descuidada y hemos pasado el último año buscando la forma más consciente posible de empaquetar nuestros productos. Lector, lo encontramos. Las bolsas de recarga sostenibles Youngr™ NMN tienen como objetivo romper el ciclo de la contaminación plástica, gracias a una revolucionaria tecnología de bioasimilación de ECLIPSE™.
Los suscriptores recibirán nuestras exclusivas botellas de vidrio reciclables y las recargas llegarán a partir de entonces. Simplemente vierte el contenido en tu botella de vidrio existente y ¡listo!
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Dato: Sólo se recicla el 9% del plástico.
Hoy en día, no basta con ser simplemente reciclable. Después de todo, la gran mayoría de los plásticos no terminan siendo reciclados como se esperaba y, de todos modos, no todas las ciudades cuentan con la infraestructura necesaria para este trabajo. Afortunadamente, eso no es un problema para nuestras nuevas bolsas. La tecnología incorporada en nuestras bolsas de recarga hace que sean reciclables y biodegradables, incluso si terminan en un vertedero. Se llama bio-asimilación, un proceso que se activa automáticamente en entornos naturales o en vertederos en un plazo de 6 a 42 meses, sin dejar absolutamente ningún rastro de microplásticos. Es un diseño maravillosamente útil destinado a una economía circular, convirtiendo los desechos en un recurso que la naturaleza puede absorber fácilmente.
Una mirada más cercana a la bio-asimilación.
La bio-asimilación suena genial, por supuesto, pero ¿cómo funciona realmente? En términos simples, el plástico se transforma a nivel molecular al romper los enlaces, lo que permite que pequeños microorganismos consuman el carbono presente en el plástico. Piensa en ello como la forma natural de reciclar: una vez que comienza el proceso, es imparable, lo que garantiza que no queden microplásticos.
La magia detrás de nuestra tecnología.
Profundicemos en las etapas transformadoras:
- Punto de partida: Cuando nuestra bolsa concluye su ciclo de vida y llega a los centros de reciclaje o los vertederos, el polímero tiene una masa molecular de aproximadamente 200.000 Daltons (Da).
- Nivel 1: ¡Comienza la transformación! Los enlaces dentro del material comienzan a romperse y la masa molecular disminuye a medida que las cadenas largas se acortan.
- Etapa 2: A medida que las cadenas se acortan, pasan de repeler el agua (hidrófobas) a atraerla (hidrófilas). Esto atrae agua rica en microorganismos, formando una biopelícula alrededor de las cadenas y reduciendo su masa hasta unos 40.000 Da.
- Etapa 3: A medida que continúa la transformación, más carbono queda expuesto. Los microorganismos de la biopelícula comienzan a consumir este festín de carbono, dejando sólo 5.000 Da.
- Etapa 4: Eventualmente, los microorganismos terminan de comer. Eliminan todo el carbono y dejan agua, CO₂ y biomasa, eso es todo. Del plástico original no queda ni rastro.
Un compromiso continuo
Nuestra incursión en recargas sustentables y envases ecológicos surge de un profundo compromiso con el futuro de nuestro planeta. La sustentabilidad es uno de nuestros valores fundamentales, algo que ponemos en práctica con botellas de vidrio reciclables y etiquetas con certificación FSC. Con la tecnología de bio-asimilación, vamos aún más lejos y avanzamos hacia la reducción de los desechos plásticos y la protección de nuestro medio ambiente. Es parte de nuestra búsqueda por mantener un planeta saludable para personas sanas, y usted es parte de ello. ¡Madre Tierra, estamos contigo!